Acostumbradas a quedarse en los campos base como las cocineras de los campamentos mientras los guías (muchos de ellos, sus propias parejas) y los turistas ascendían a las cimas más emblemáticas de América Latina, las cholitas decidieron un día que había llegado el momento de ser también ellas las que llegaran a la cumbre. Fue así como las cholitas pasaron de cocineras y porteadoras de apoyo a ser las cholitas escaladoras, mujeres aimarás que con sus vestimentas tradicionales han llegado incluso al techo de Suramérica, el Aconcagua.

Antes de esta revolución cholita, estas mujeres bolivianas trabajaban como cocineras en los campamentos de montaña o como porteadoras de apoyo para los guías de montaña y las expediciones que se adentraban en la Cordillera de los Andes. Sin embargo, en 2015 un grupo de ellas (con edades comprendidas entre los 24 y los 50 años) iniciaron un camino que se ha convertido en toda una historia de superación y lucha por la igualdad. Orgullosas de sus raíces y ataviadas con la falda tradicional (chola) emprendieron ruta hacia el nevado Huayna Potosí (6.088m), la primera de muchas otras cimas que han ido sumando a su historial alpinístico.

Si bien es cierto que los inicios de las cholitas escaladoras no fueron fáciles, pues se enfrentaron a los prejuicios de muchos otros alpinistas, demostraron -con el apoyo de sus parejas- tenacidad y vocación y hoy por hoy pueden presumir de contar entre sus proezas con las cimas del Acotango, el Parinacota, el Pomarapi o el Illimani, entre otras, todas montañas de más de 6.000 metros. La guinda del pastel la consiguieron en 2019 cuando lograron alcanzar la cumbre de la montaña más alta de América Latina, el argentino Aconcagua, con 6.961 metros. 

Con sus ascensiones, las cholitas escaladoras no sólo han querido reivindicar el orgullo indígena y la lucha por la igualdad, sino que también crean consciencia de la necesidad de actuar para frenar el cambio climático, cuyos efectos devastadores pueden ver de primera mano en cada una de sus ascensiones. Además, han sido reconocidas por el Programa Mundial de Alimentos de las Naciones Unidas como colaboradoras de alto nivel para promover una mejor nutrición y empoderar a las mujeres en Bolivia.

Por toda esa labor, así como por el legado de la cocina de montaña que practican en altura en los Andes, FéminAs otorgará en su tercera edición el Premio Guardianas de la Tradición a las Cholitas Escaladoras de Bolivia. En las pasadas ediciones del congreso fueron otras asociaciones de mujeres latinoamericanas las merecedoras de tal distinción, la Sociedad Picantera de Arequipa (Perú) en 2022 y la Asociación Cocineras Tradicionales de Oaxaca (México), en 2021.